DEL ÁRBOL CAÍDO

DEL ÁRBOL CAÍDO

Señor, la encina en huesos toco

deshecha entre mis manos, y te invoco

en la santa vejez que resquebraja

su noble fuerza. Cada rama, en nudo,

era hermandad de savia y todas juntas

daban sombra feliz, orillas buenas.


( Leopoldo Panero )

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